10 Razones por las que practicar yoga en una ciudad

«Me siento tranquilo. Estoy feliz. No hay estrés»



Allá donde mires siempre hay un artículo o un post que te recomienda hacer yoga. Ya sabemos los beneficios físicos, mentales y psicológicos del yogapero lo que es bueno para cualquier persona es el doble de bueno si eres un urbanita. Seamos sinceros. La City te da mucho pero también chupa mucho de ti. Aquí te propongo 10 razones por las que si vives en una metrópolis deberías sin duda practicar yoga.

1. Para ser más tolerante contigo mism@ y con los demás. El yoga abrirá tus caderas, flexibilizará tus hombros e isquiotibiales pero eso no es nada comparado con como puede aliviar tu mente. Soltarás todo el estrés diario casi sin darte cuenta. Imagina, por ejemplo, que al  estar metido en el atasco diario para ir o volver del trabajo aprovecharas  para hacer tus ejercicios de pranayama. Cuando llegues al trabajo te sentirás fresco  como una rosa. Tu mente será libre y tu respiración de más calidad. Podrás también sobrevivir a un sábado por la tarde en un centro comercial sin que ni siquiera  tu pulso se acelere y dormirás después como un bebé.
Simhasana: Haciendo de felino para soltar la tensión.
2. Para sentirte flexible como un junco tanto física como mentalmente. ¿Te quejas de las lumbares o de las cervicales después de horas delante del ordenador? Seguramente pasarás muchas horas aplastando tu curva lumbar o comprimiendo tus cervicales, por tener una mala postura  en la silla, igual que lo hubieras hecho de estar recogiendo tomates o recolectando aceitunas durante toda una vida.

El yoga te ayuda no sólo a eliminar el dolor sino también a saber cómo colocarte y moverte para aligerar de peso tu columna y no volver a sufrir ese dolor.
Seguro que al leer esto estás estirándote un poco en esa silla. ¿Mejor, verdad?
¿Hablas entre dientes, maldices a tu jefe o das portazos? Haz yoga. Libera la tensión de una manera más sana y productiva en vez de fumarte un cigarro, tomarte otra taza de café de máquina o tomarte un Kit-Kat. ¿Has probado a hacer la postura del león o Simhasana?  Puedes hacerlo en la intimidad del baño de tu oficina. 
3. Para tener mejor sexo. Esto es una consecuencia de las dos anteriores. Todos sabemos que el estrés es un inhibidor del sexo en cambio al practicar yoga serás más flexible y tendrás más consciencia corporal, escucharas y entenderás lo que tu cuerpo te pide. Las posturas del Kamasutra no tendrán secretos para ti. 

4. Para poder ponerte unas mallas ajustadas. Es cierto, tu figura se estilizará. Tus músculos serán largos y elásticos como un junco y perderás peso. Pero lo mejor de todo es que cuando tu practica se haga regular ya no te mirarás al espejo porque te sentirás divin@ aunque las mallas no te queden como en el anuncio. Dejarás tu ego en la puerta y serás más consciente de la belleza de tu cuerpo tal cual.

5. Para no caer enfermo. Está demostrado científicamente que es mucho menos probable que caigas enfermo, si tienes una práctica constante, dado que el yoga refuerza tu sistema inmunológico. Piensa en todos los días de cama que te vas a ahorrar este invierno por un simple resfriado. No habrá virus que te tumbe ni en el transporte público ni en la oficina.
6. Para ligar y/o conocer gente interesante.
No es tan fácil ni hacer amigos y mucho menos encontrar pareja en una gran ciudad donde todo acaba siendo frío e impersonal. Pasa de las webs de contactos. Tendrás más posibilidades de encontrar a tu media naranja o a tu alma gemela sudando en una clase de yoga que en una cita a ciegas. Al menos no te llevarás tantas sorpresas. 
7. Para no envenenarte. Es increíble la cantidad de metales pesados presentes en la City. Echa un ojo alrededor: el coche, los productos de limpieza de tu casa, los polígonos industriales, las incineradoras de basura….Nuestros cuerpos están  expuestos todo el día y acumulan desde mercurio a dioxinas, radicales libres y pesticidas. Aunque suenen como bandas de música indie son altamente perjudiciales para tu organismo. Estas toxinas se acumulan en los tejidos grasos, en tu sangre y en tus órganos. Cuando caminas, corres o haces otro tipo de ejercicio ganas el subidón de endorfinas y quemas calorías pero no ayudas a eliminar las toxinas tan eficientemente como en yoga. Este lo haces al activar el sistema linfático mediante el pranayama y al ponerte cabeza abajo. Muchas de las posturas de yoga están especialmente diseñadas para ayudar a desintoxicar tu cuerpo. El yoga es uno de las pocas disciplinas que incluye las  inversiones en cada sesión. Esto ayuda a descongestionar las piernas y las caderas que normalmente nunca se encontrarían por encima del corazón.
8. Para comer menos y mejor.

To have or not to have? The apple is the answer.
 
 
En un estudio reciente, se ha demostrado que la gente de mediana edad que practica yoga gana menos peso en un periodo de 10 años que la gente que no lo practica independientemente de la actividad física que tuvieran o de su dieta alimentaria. En cambio, ese estudio no encontró relación entre la consciencia de comer sano y otras formas de ejercicio como correr o el ciclismo. Es decir, que puedes comer más y no engordas.
A diferencia de otro tipo de ejercicio que te hace sentir hambriento, la maravilla del yoga es que equilibra tus hormonas así que eres menos propenso a tener antojos incontrolables y te enseña a ser consciente de lo que comes. Seguramente la próxima vez que tengas hambre entre horas elegirás unas nueces antes que un bollo industrial y lo realmente estupendo es que no tendrás que hacer ningún esfuerzo para elegir.


9. Para parecer más joven. ¿Te gusta parecer 5 años más joven de lo que eres? Se ha demostrado que los practicantes de yoga que hacen tres sesiones de 60 minutos a la semana parecen más jóvenes que aquellos que no lo son. Y no me refiero sólo a la cara sino a tu ADN. Los resultados se aplican a cualquier persona que realiza ejercicio, pero el yoga va un paso más adelante porque  desintoxica tu cuerpo de una manera más eficiente y estimula tu sistema endocrino que, entre otras cosas, regular el envejecimiento y el metabolismo. Así que parecerás más joven por fuera pero  también por dentro.
10. En definitiva, para no volverte loc@ de remate. La vida diaria en una gran ciudad va a un ritmo endiablado. En una clase de yoga se te recuerda que debes respirar y prestar atención a la calidad de tu respiración para acallar el incansable parloteo mental y dejar que tus ideas vaguen libremente. Además, te ayuda a reconocer tus limitaciones y a aceptarlas. Te enseña a no caer en tus mismos malos hábitos y a superarlos.
Si crees que hay alguna razón, seria o lúdica, que falte en esta lista, y que se me haya pasado, ¡dímelo! No te lo guardes para ti. Todos los comentarios son bienvenidos.

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